El líquido en la rodilla, también, conocido como derrame articular, puede ser causado por una variedad de afecciones. Pueden ser traumatismos, problemas degenerativos, artritis y enfermedades inflamatorias. En algunos casos, el derrame articular puede mejorar con tratamientos conservadores como el reposo, la elevación y la aplicación de hielo. Sin embargo, en otros casos, puede ser necesario extraer el líquido de la rodilla.
La extracción del líquido se llama aspiración de la rodilla o artrocentesis, y se realiza utilizando una aguja y una jeringa para drenar el exceso de líquido de la articulación. Este procedimiento puede ser realizado por un médico en un consultorio o en un hospital.
La decisión de si se debe o no extraer el líquido de la rodilla depende de la causa subyacente del derrame articular, así como de la gravedad de los síntomas. Si el líquido en la rodilla está causando dolor intenso, hinchazón y limitación de la movilidad, es posible que se necesite una aspiración para aliviar los síntomas y ayudar a acelerar la recuperación. También puede ser necesario extraer el líquido articular para enviarlo al laboratorio y hacer un diagnóstico definitivo.
Es importante tener en cuenta que la aspiración de la rodilla es un procedimiento médico y debe ser realizado por un profesional de la salud capacitado y con experiencia en el uso de la técnica. Si tienes líquido en la rodilla y estás considerando la posibilidad de una aspiración, habla con tu médico para determinar si este tratamiento es adecuado para ti.
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