La fracturas de tibia en niños tiene dos características especiales: Su rápida consolidación y capacidad de remodelación, y que en su reducción quirúrgica deben respetarse los núcleos de crecimiento, es decir, los puntos del hueso por donde crece el niño.
Las fracturas de tibia representan el 8 % de todas las fracturas del niño. Ocurre con mayor frecuencia entre los 8 y 13 años.
Si la fractura es incompleta, en tallo verde o no está desplazada, puede tratarse con inmovilización con yeso inguinopédico, seguida de un brace de tibia como el que se ve en la foto.
Si la fractura tiene una angulación mayor a los 5 grados, o cualquier grado de rotación externa o interna, entonces debe reducirse quirúrgicamente.
Cómo métodos de fijación tenemos: Fijación externa con tutor, placas y tornillos y clavos flexibles endomedulares.
En niños muy pequeños se puede ver un tipo de fractura llamada fractura del niño que gatea (TODDLER’S FRACTURE). Ocurre con más frecuencia entre los 9 meses y tres años. El tipo de fractura es en espiral, del tercio distal de la tibia, y puede ocurrir con un mecanismo de poca energía. El tratamiento consiste en la inmovilización con yeso.
¿Cuánto dura un yeso para una fractura de tibia en niños?
Las fracturas de tibia en niños requieren de un yeso largo, por encima de la rodilla. Este yeso se cambia a las cuatro semanas por un yeso o por un walker por debajo de la rodilla, para que el niño la mueva y evitar la rigidez.
Se va iniciando el apoyo a medida que se vea la consolidación de la fractura en las radiografías. Usualmente se retira a las seis semanas.
Después se puede colocar un brace de tibia como se ve en la foto:
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